WWF ha presentado el "Incendiómetro 2009: bosques en peligro frente al cambio climático". En él, se clasifica a las comunidades autónomas según su vulnerabilidad ante los incendios forestales. Castilla-La Mancha, Castilla y León y Galicia encabezan, por este orden, la lista. Mientras, Madrid, Andalucía y Murcia destacan como las que tienen un menor riesgo de sufrir el impacto del fuego en sus bosques.El Incendiómetro 2009 de WWF analiza la situación general de los incendios forestales en nuestro país y compara las políticas aplicadas por cada comunidad autónoma a la hora de enfrentarse a este problema. En esta edición, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Galicia figuran entre los territorios más vulnerables a los incendios forestales. Por otro lado, Madrid se sitúa, junto Andalucía y Murcia, en las posiciones mejor valoradas.Para elaborar esta clasificación, WWF ha comparado 21 variables diferentes. Entre ellas, la inversión en gestión forestal, el éxodo rural, la frecuencia y tamaño de los incendios, la intencionalidad o la detención de culpables.Asimismo, este año el informe cuenta con una novedad, el estudio de la relación entre incendios forestales y cambio climático. WWF insiste en este aspecto de cara a la celebración en diciembre de la Cumbre de Copenhague (Dinamarca), de la que debe salir el compromiso que dé continuidad al Protocolo de Kioto.Según WWF, este nuevo acuerdo ha de contemplar la reducción drástica de emisiones de CO2 procedentes de la deforestación y degradación forestal. De ahí, la importancia de combatir los incendios forestales como parte de la Estrategia Global el Gobierno para luchar contra el cambio climático. Cabe recordar que los incendios en el mundo son responsables de aproximadamente el 20% de las emisiones de C02, unos 6.000 millones de toneladas al año. En el caso español, se cifran en 6 millones de toneladas de C02, cantidad equivalente a lo que emite una ciudad de un millón de habitantes como Sevilla o Zaragoza.La organización insiste en que los incendios no sólo contribuyen a este problema, sino que, además, se verán a su vez agravados en un escenario climatológico que se recrudece. Los científicos advierten que en el próximo cuarto de siglo habrá temperaturas más elevadas, menos precipitaciones, aunque más intensas, y mayor velocidad del viento en verano.El estudio de WWF refleja que, si en 2050 el aumento de la temperatura global supera los 2º C, habría entre dos y cuatro semanas más al año de riesgo extremo de incendios forestales en España. El informe advierte, además, que en este escenario aumentarán las probabilidades de que se produzcan Grandes Incendios Forestales (GIF), es decir, aquellos que superan las 500 hectáreas afectadas.En cuanto a la valoración de la lucha contra este problema de los últimos cinco años, WWF evalúa de forma positiva las medidas aplicadas desde 2005. Sin embargo, incide en que es pronto para concluir si los buenos resultados de los dos últimos años han obedecido a estas políticas o se han debido también a su combinación con condiciones meteorológicas favorables.El Incendiómetro 2009 de WWF concluye que los avances más notables de este año se han producido en los factores con resultados tangibles a corto plazo, como es el caso de la investigación de causas. En la actualidad casi todas las CC.AA. conocen ya el 75% de las causas de los incendios. De igual forma, los sistemas de extinción han alcanzado un elevado grado de madurez en la mayoría del territorio nacional, al tiempo que se ha progresado en la detención de los culpables, si bien todavía hay un amplio margen para la mejora.Sin embargo, no se ha reducido suficientemente el número de siniestros, ni se ha evolucionado en aspectos estructurales. Es decir, los que requieren políticas a largo plazo y cuyos efectos, aunque son decisivos, tardan más tiempo en producirse. Así, la gestión forestal planificada sigue siendo la gran asignatura pendiente y la inversión pública en el monte, insuficiente. Tampoco se está revirtiendo el éxodo rural, por lo que decrece el interés por el medio rural, haciéndolo más vulnerable al fuego.Como máximo exponente de estas carencias destacan los datos sobre Grandes Incendios Forestales (GIF). No hay que olvidar que en menos del 0,2% de los siniestros (unos 15 al año) se quema el 34% de la superficie total. Este problema no se ha atajado aún desde su raíz a pesar de las crecientes inversiones, ya que tras él se ocultan deficiencias graves en la estructura del territorio.WWF mantiene que la forma de luchar contra los Grandes Incendios Forestales es vertebrar mejor el territorio. Esto significa que el sistema de financiación en el terreno forestal ha de ser más coherente y solidario entre autonomías. Por tanto, no debe basarse únicamente en el número de habitantes de las CCAA, sino también en aspectos como la densidad de población, la superficie o el valor de los recursos naturales. De igual forma, es necesario que se refuerce el compromiso político con la gestión forestal.Según Juan Carlos del Olmo, Secretario General de WWF España: "La conservación de los bosques debería ser una prioridad en el reparto de los fondos entre autonomías". Y añade: "Esta es la única forma de que comunidades con grandes extensiones de bosques y pocos recursos puedan frenar los incendios forestales".
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